Cada momento tiene su tiempo, y el nuestro, en este momento, no tiene tiempo. Valioso tiempo perdido. El tiempo es igual para todos y pide acción sin dejar a nadie atrás. Como pueblo, el tiempo nos debe llevar a salir victoriosos de esta soledad mal llevada y con ella al desespero. Hay que elegir entre el alma rota y una mente dividida, o simplemente hacer frente a la antítesis, acreditado por un espíritu cooperante, aunque su fin no sea aprovechar las oportunidades que se presenten para forjar un ambiente de unidad. Nunca llegué a comprender por qué una violenta realidad persiste en el conflicto, en mantener si no en generar mayor incertidumbre laboral y financiera, evidentemente. Qué ganan si saben que ya perdieron. Tal vez de ser humildes aprenderían lo que no saben. La política más cercana requiere gestión humana. La situación actual que vive el pueblo de Patricia, porque de Patricia y de su pueblo hablo, se enfrenta a decisiones sin precedentes. Quizá no lo verán mis ojos, pero su malaje está amenazado. Me cuentan que quien puede decidió pasar del odio a la venganza para mayor dolor. Entonces urge el activismo como virtud de apoyo mutuo, lo que significa que no solo debemos preocuparnos del asunto en cuestión, sino, además, y sobre todo, del pundonor de un pueblo. Lógicamente, en un pueblo donde se dobla la polaridad, el activismo como virtud debe contar con soporte político... Y en fin, estaba escrito: "otro vendrá que buena me hará". Gracias.
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