El inexorable paso del tiempo.

Consejos tienen los viejos que dan a personas que se lo pidan o no ("para qué sirve la muerte si no es para recordarle a los vivos su presencia") que pasan por conflictos vitales: "Se debe contar con el recurso del tiempo, y hay que esperar el tiempo justo para que las heridas se curen". El tiempo justo, sin pasarse, claro, que la máquina pita y anda. El recurso del tiempo no se inventó para disculpar al individuo y eximirlo de sus obligaciones, se inventó para lo que cada cual haga lo que desee con él sin entrometerse en la vida de los demás, y sobre todo, para despejar las dudas y acceder a los sentimientos del corazón. Las personas, en el quehacer diario, necesitamos tiempo para todo. Tenemos que tener tiempo para resolver absolutamente nuestros peores problemas. Tenemos que disponer del tiempo justo, porque ciertas decisiones no se toman después de que otros las hayan sometido a juicio universal. Para alcanzar las metas posibles tenemos que contar siempre con el tiempo, no bastan las resoluciones condicionadas por esto, o aquello, o aquel; no bastan los buenos deseos, es necesario contar con el recurso crítico del tiempo, y aprovecharlo para que sea de utilidad. Por el contrario, el tiempo pasa a lo tonto, se acaba y por defecto el anuario lo deja en blanco. El inexorable paso del tiempo. (El tiempo pasa y nunca, nunca, vuelve atrás). Gracias.