viernes, 12 de enero de 2024

Botar, para seguir votando.

A nuestra sociedad casi toda la exaspera y sobre todo le desespera la corrupción. La corrupción no es solamente llevarse a casa el Erario envuelto en papel de fino regalo, también, y sobre todo, es preferir los decorados a la realidad, a la insensatez de los hechos. (Doble de mentira y llanto. Medias verdades. Y el silencio por respuesta). A esta sociedad harta de corrupción pública o privada (como si pudiera existir una sin la otra), "mucha Constitución", "todo dentro de la Constitución" ya le cansa. Nuestro sistema político no es más que una incitación al fraude, a violar las leyes con argumentos de chantaje para abusar de los indefensos. "Metepatas... ¿Y ahora? Ataques de celos y sin caricias del poder político". Tengo pruebas irrebatibles. Y además de pruebas, tengo preguntas: ¿Se puede hacer política con mínimas posibilidades de éxito sin antes contactar con el poder económico que lo patrocine? Voy al quid: ¿Por qué el poder económico patrocina al poder político? ¿Por vocación filantrópica o generosidad cristiana? Y una pregunta sin pretensión: ¿Qué ocurre cuando un simpatizante logra una regiduría con el apoyo económico de tal grupo, o persona? (Disimulo y exceso entre corruptos. Hay formas y maneras). La respuesta a todas las preguntas es una: "El que paga manda". (Joder, dona, somos tontos, pero no tanto, diría. Seguiremos hablando del asunto, mientras, intentaremos encontrar un regidor que sepa de qué hablamos cuando hablamos de política). Gracias.

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