Mi vida no es mía o no la reconozco. Las pastillitas de colores me impiden ser lo que quiero. Mi vida no tiene solución: tengo ejemplos que lo confirman. Mi vida es una gran mentira. De una flor de azahar y una rosa roja a un poema y otros mitos y de vuelta y dale a urgencias recordando nada. Mi salud mental es solo mental. Sé que estoy rematadamente mal y en realidad no recuerdo cómo llegué hasta aquí. Igual me calló sobre la cabeza de golpe mi vida entera. Pagaría por el alta médica pero la dama que no me deja ir y la que vela mis sueños y la de la interacción nula y la de familia, sea quien sea, aseguran que lo han valorado concienzudamente y no se atreven. No lo comparto, pero lo comprendo, yo también tengo una amiga y no me atrevo ni tan siquiera a verla. Quizá sea fruto de mi imaginación. Todo pasa por el miedo a ir, ir y no volver, quiero decir. Sin amor, sin poesía, sin un libro (sin ti). En fin, otro día hablaremos de resistirse a un porvenir sin muerte. (María, la Magdalena me acompaña y ya amanecerá algún día. Mientras, seguiré escribiendo el día que me gusta vivir en Les Seniaes). Gracias.
Tú tb tomas pastillas de colores? vaya! estamos todos buenos jajaja creo que vamos a tener que pasarnos a los Lacasitos ; )
ResponderEliminarVaya que sí, y con receta médica, claro. Beso.
ResponderEliminarSalud.