Asoma la luz del alba. Amanece un invierno gélido y yo en la intranquilidad. Para mí las cosas no existen sin ansiedad. Y un abrazo al véspero no se me va de la cabeza: había rencor en él, y no lo vi. Hoy volveré, pero ya no por un abrazo: no soy un figurante en una serie de Netflix. La manera de involucrarse con el futuro, es saber discernir la herencia del pasado... En de soslayo encuentro la paz de alma; de soslayo es mi escudo y es mi espada: me hace sentir seguro, es cuanto necesito. Fin.
Resido en la tierra del amor, la luz y el azahar y aquí hay pueblos que no se mueven y vecinos aburridos que no reclaman lo que les pertenece: una vida sin despotismo, de humana vecindad y amor colindante. No levantan el puño iracundo, soportan a los mismos políticos que de cuando en vez cambian de cara, pero son los mismos con la misma bandera y repitiendo sus gastados discursos. Carecen del sentir que ilusiona el día y enamora la noche. Nada asociado a una causa común sucede. Cualquiera que no fuera yo, porque sin darme cuenta eché raíces aquí, se mudaría a un pueblo más entretenido. Gracias.
jajaja todos los pueblos tiene su parte aburrida y su parte lúdico festiva, pero lo que sí que es cierto es que en algunos más que en otros s nota la desidia de vivir, como si con respirar, comer y dormir ya estuviera resuelto el día...no sé cómo se puede vivir así... con lo necesario que es flagelarse, torturarse y exprimirse las neuronas apasionadamente para que el cuerpo sienta un poco más que la media jajaja
ResponderEliminarMás besos!
En Valencia, despiertan en fallas, luego, y enseguida, vuelven a su mundo de todos los días. Infantil, seguro. Gracias. Beso.
ResponderEliminarSalud.