martes, 3 de enero de 2023

No.

"No creo en vos, mordaza, pero voy a decirte por qué no creo:
Ya ves, ahora no digo no hoy, ni ay, y sin embargo, igual destapo el verbo, respiro el grito, y armo la blasfemia. Pienso, luego insisto: a tu custodia quedan mis labios apretados, quedan mis incisivos y molares, queda mi lengua, queda mi discurso, pero no queda en cambio mi garganta, en mi garganta empiezo, por lo pronto, a ser libre". (De Oda a la mordaza. Mario Benedetti).

Todo pasa y nada queda en el peor de los escenarios posibles para una confrontación de intereses entre el amor que todo lo puede y el que todo lo tiene y nada le importa. Todo pasa y nada queda, cuando no hay voluntad de querer de frente, frente a frente, frente a la súplica del ser amado. Y así es como, mordaza, te digo y no te digo, que prefiero olvidarte a que me olvides.

Aprovecho que lleva días la enajenación mental metida en mi cabeza, puesto que soy más débil que tú y temo tus reacciones, para decirte envalentonado que no te creo ahora que callas para no decir ni antes cuando decías que me querías y que sin mí patatín. Y a pesar de que tú y yo... Urge que alguien te diga no a la cara... Sabes qué: tú haz lo que quieras, pero no. Gracias.

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