Todo pasa y nada queda en el peor de los escenarios posibles para una confrontación de intereses entre el amor que todo lo puede y el que todo lo tiene y nada le importa. Todo pasa y nada queda, cuando no hay voluntad de querer de frente, frente a frente, frente a la súplica del ser amado. Y así es como, mordaza, te digo y no te digo, que prefiero olvidarte a que me olvides.
Aprovecho que lleva días la enajenación mental metida en mi cabeza, puesto que soy más débil que tú y temo tus reacciones, para decirte envalentonado que no te creo ahora que callas para no decir ni antes cuando decías que me querías y que sin mí patatín. Y a pesar de que tú y yo... Urge que alguien te diga no a la cara... Sabes qué: tú haz lo que quieras, pero no. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario