Con el nuevo año entró enero y vamos en busca de una vida mejor, pero ya con el amor abandonado y la psique camino del calvario. Aún estamos bajo el influjo de la incertidumbre y los peores augurios. Mascamos años inesperados, perturbaciones violentas con días de muerte y llanto. Tenía la esperanza que en 2023 las cosas cambiarían a mejor, pero pudiera acontecer que cambien a peor. Los que siempre pierden se acostumbraron a llegar a fin de mes con la nevera vacía y el carrefur no fía y el alma rota. Sé de algunos que el pasado año no llegaban a fin de mes y con el nuevo año, poquito a poco, van llegando. Felicidades. Al común de los mortales, el maligno vino a meterles miedo en la cabeza y al ver tanto destrozo mental acudió a pedirle perdón a su padre y tampoco le abrió la puerta. A vuelapluma escribo palabras que lleven poesía al llanto, pero en estos momentos en lo que todo sube y cada euro cuenta, los que pueden no quieren y se esconden en la elusión. En fin, el no ya lo tengo y no pienso suplicar el sí. Y así nomás, me hago cargo. (Tú no sabes, pero nos une el mismo dolor). Gracias.
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