Quién me iba a decir a mí que en la edad de la autoestima y los consejos tendría que llevar una cruz a cuestas... Y qué cruz, Dios mío. Aunque por una extraña razón, creo que ya he vivido una situación parecida... Entonces sería un "déjà vu". De ser creyente, diría que Dios une, crea circunstancias, viste de gala la verdad y desviste la mentira y la deja expuesta al invierno frío. De ser un güelu en plan hacer amigos, perdón, amigos no, amiga, para que mi estampa cervantina no la ahuyentara, la citaría al doblar la esquina. Previamente, le enviaría una fotografía por wasap de Brad Pitt diciéndole que este soy yo. Luego quedaríamos a una hora, y cuando confirmara la sospecha, pues mucho me extraña que se creyera lo de Brad Pitt. Ay, y en fin, necesito una amiga, una mujer que ronde los cuarenta. Y, si no, Dios, un poeta que une a personas de buen corazón. O, como penúltima posibilidad, Rajoy: "haré todo lo que pueda y un poco más de lo que pueda si es que eso es posible, y haré todo lo posible e incluso lo imposible si también lo imposible es posible...". (No quiero morir, sin tener algo contigo). Gracias.
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