Cuando todo se desmorona tienes tres opciones: huir, quedarte y luchar, o esperar a que las cosas se arreglen solas. Se me va la vida y aún no te dije que estoy dispuesto a acompañarte con una metáfora en busca del amor ido. Te conectaría con la casualidad que nos unió. Luego te confesaría que no fue casualidad. Lo efímero se queda en cualquier lugar; el amor sigue.
De tanto estar conmigo me he hecho a mí mismo y me gusta lo que me pasa. Lo que me pasa a mí le pasa a todo el mundo. Ocurre que a veces creo que solo me pasa a mí. No me junto con los que lloran lágrimas de apariencias. Y no juzgo a nadie porque nadie ya se juzga a sí mismo. Espero conocer a Dios o a su hijo cuando me llegue la hora. Conozco el camino y elijo el mejor según las necesidades. No acepto favores ni empresto cariño desde que dona murió. Me gusta andar lejos y volver con enseñanzas nuevas. Y ahora que sé a qué huele la floración del azahar, quiero romper tu silencio y recordar mis olvidos para dibujarte un mundo de juegos malabares. (A veces por manipular lo de adentro se echa a perder lo de afuera). Gracias.
Buenas madrugadas.
ResponderEliminarEs hermoso cuando asoma tu corazón. Muy bonito digo yo
🤗💮💮
Te debo tres versos una mirada y el azahar cómo el aire que respiras
Eres un amor. Te quiero. Beso.
ResponderEliminarSalud.