lunes, 15 de agosto de 2022

De una madre un hijo.

Nada más humano que el respeto a la diversidad. Cada cual debe ser lo que sienta. Todos no somos iguales. El respeto a la diversidad es un valor fundamental para convivir. Nunca sentirse aislado por sentimientos enfrentados. Somos parte de una sociedad que no avanza por el camino de la empatía y los derechos. Para ese camino solo necesitamos querer y unos pies. Y un libro, tenemos literatura. Aprendizajes nuevos. Salgamos afuera y llamemos a las personas por su nombre. Cualquiera que sea el nombre que tienen si no es el que tenían. Su nombre y con respeto. Respeto humano. Un cuerpo y su mente no deben sufrir tanto. Somos nosotros, no nos enmarañemos, porque muchos, porque muchas, porque todos y porque todas; por lo que cada cual, quiera ser y hacer con su vida. Su vida, recuerden. Estoy de gente estupenda, tan de ir a misa y darse puñetazos en el pecho que me vomito. Esta realidad es demasiado enrevesada y algunos dejamos amores tras la puerta de un cuarto oscuro y frío. (Rosa de invernadero, fulgor de un nuevo amanecer, el porvenir es tuyo. Tu amor nuestro). Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario