Del refranero popular a de soslayo: "No hay mal que por bien no venga". Traigo el refrán para darme ánimo porque el guiso no sale de los fogones como me gusta... Lo veo venir. Todos queremos más. Todos queremos lo que la vida tal vez no está dispuesta a darnos. (Un libro, una mano y un brazo pegado a un hombro te sacan de una realidad tóxica con la cabeza alta).
En los años altos, después de haber vivido casi media vida, necesito de urgencias que una dama de buen ver me amueble la cabeza. Aunque quede mal amueblada, que para eso dispongo del comodín del refranero... No hablo de IKEA, a IKEA ni nombrarla. No conozco a nadie capaz de montar un mueble de IKEA. Yo, precisamente yo, y en plan ebanista, no conseguí montar uno. Y han de saber ustedes que yo... Otra de mis tantas inutilidades. Resignación ante toda desgracia... Disculpen, no le echen cuentas a lo que escribo, escribir para mí es una terapia ocupacional. Aquí les dejo la moraleja del día: "Táctica, y no lo que Dios quiera". (Es domingo de ir a misa y creer en Dios y no en la evolución, aunque lleve al abandono). Gracias.
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