sábado, 20 de agosto de 2022

El hartazgo del votante.

Ser víctima de la ley del más fuerte es abuso de poder. Y tener el derecho de propiedad de las personas el mayor desprecio. No hablo de machismo. ¿O sí? Va a ser que sí. La tiranía no se disimula porque es la reina de la fiesta y recibe el aplauso, y el gobierno su dueño. Los excelentísimos del gobierno se atreven a escupir al aire como si el escupitajo no bajara y la mano que les da de comer, el votante, fuera estúpido. Excelentísimos, no se fíen del votante... Las familias no llegan a fin de mes.

Antes de ponerme a escribir ("quiera y no quiera"), doy gracias por estar vivo. No se las doy a un Dios en el que no creo, se las doy a la vida. Aunque yo estoy vivo, no quiere decir que todos estén vivos. Hay vivos muertos de hambre. Hay vivos que están muertos y enterrados y aún no lo saben (un día les contaré la anécdota de quien se hizo el harakiri y siguió muriendo). Y todas todos, o la inmensa mayoría, perdió la esperanza. Una pesadilla dentro de la misma pesadilla todos los días. (Quizá no recuerden, excelentísimos, que este país es una monarquía, y que para ser coronados deben bajar la cabeza). Gracias.

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