"Todas las puertas sirven para entrar y salir, de manera que, si se abren, permiten que las personas de cada lado pasen al otro y lleven consigo sus ideas, sus costumbres, su modo de entender la vida propia y la ajena: todo lo que se va, deja un hueco libre; todo lo que entra, ocupa su espacio". (Benjamín Prado). Sería oportuno aprovechar esta semana de primavera, de poesía, de renovadas esperanzas, para entrar en la vida de quien nos abra la puerta de su corazón y ocupar su espacio.
Para esta semana, por eso, de que el domingo entraba la primavera y el lunes celebrábamos el Día Mundial de la Poesía; la forma más preciada de la expresión que nos enseñó a decir, te quiero, formas de identificarnos como humanos para que no nos transfiera la vida hasta la muerte sin dejar una profunda huella de amor en el colindante... Al paso de los años aparecen destrozos de amor si uno no es capaz de pintar de colores la memoria del recuerdo. La primavera ha traído más mal tiempo y la poesía no se explica. (Vengo de una época en la que el tiempo iba lento y estábamos sumidos en la melancolía. Ya ves qué poco ha cambiado mi vida, y porque no soy maestro de nada y a largo plazo estaré muerto, sigo aprendiendo). Gracias.
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