Grita. Grita. Grita. Insúltame si te es más fácil que quererme. Explícate, aunque me dé qué pensar de mí... Fuego que arde, pero no ilumina: alivia ese estado de ánimo. Desahógate llorando un rato. ¡Desahógate!. Pero no trasmitas esa sensación de derrota porque me rompes el alma. No huele a primavera pero es primavera. Sé fuerte, no dejes que enferme tu alegría. Y no vuelvas a donde más te valoran, sino a donde más te necesitan... (Quiero ver tu cara y la luz de tu mirada). Gracias.
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