A veces vivo un desorden que no sé por dónde cogerlo. Pudiera ser otra desavenencia de mi mente absurda y otra dama en mi vida. O que internet me desconectó de mí mismo. Voy para mayor y no debiera extrañarme. Quizá ya ocurrió y soy muy mayor, cuanto menos para hacer cosas que me gustaría hacer... Todo llega y cuando llega se debe aceptar con normalidad.
Jamás dejaré de estar unido a mí en cuerpo y alma. Hay que vivir para saber de qué pasta estamos hechos como sociedad. Me viene a la cabeza una madre y su hijo que prefieren personas a gente. A las personas se las convence... ¿Convencer de qué? La gente es un montón, no siempre de personas. Los que no son como nosotros están tocados por el maligno de algo contagioso y hay que azotarlos, según la iglesia de Roma. Somos individuos en contextos singulares. Cada cual es como se siente ante el espejo del alma. Personas, gente, sociedad, monseñores, búsquense y se encontrarán. Este país es diverso o no es país ni otra cosa. (Si no vienes de hoy para mañana te irás para siempre. Te quiero, vuelvas o no, te quiero). Gracias.
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