viernes, 6 de marzo de 2020

¡Toma ya!.

Ayer, en un llenado de preguntas apareció un comentario: "En esta vida siempre estaremos en deuda con alguien". Lo cierto es que no sé si es un comentario, un dictamen o la manera de recordar que ya es hora de pagar las deudas contraídas y no valen disculpas de los viernes de mercado. Si yo fuera el acreedor, que sean deudas de amor y no tarden en saldarlas pues no estoy para trotes. Una deuda de amor no es una deuda usurera. Una deuda de amor no tiene precio, se paga con amor o no se paga. Pero ojo a las consecuencias si no se paga, porque el amor es bendito y tener deudas pendientes con lo divino es comenzar a morir. A bajar el ataúd mientras la soga sube. Ayer, en un llenado de preguntas apareció un comentario o lo que sea y mañana tal vez doblen las calles y desdoblen las esquinas. Esta vida, donde lo imposible es posible, donde el día más claro llueve, donde todo es una oportunidad. Donde una parcela en el camposanto es una ganga y una misa de cuerpo presente un negocio. El humano ser ve por los ojos de su colindancia y no aplica el sentido común tan poco común en estos tiempos. (Soñador tenaz, confirmo, que solo es vencido quien deja de soñar y quien no paga sus deudas de amor). Gracias.

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