El día que no escriba para aprender y ser mejor (estoy dispuesto a pagar lo que no tengo por saber más de mí y nada de ti). El día que deje de sorprenderme tu ánimo alicaído y me sorprendan tus hechos. El día que dejes de comprar disculpas en el mercado de los viernes para justificar decisiones caprichosas. El día que dejes de ser lo que otros son para ser tú misma, la mujer que nunca fuiste. Ese día si tú quieres resucitaré contigo por amor y haré que tu vida sea la poesía que se explica. La honestidad, la solidaridad, la fidelidad. Me he cansado de perdonar el perdón que nunca me pediste. Para que no vuelvas a olvidar de dónde vienes si en realidad lo sabes. Hasta que ese día llegue y sin ser del todo sincero, puedes contar conmigo, compañera de otros tiempos, pero solo para ir por los caminos en busca de tu identidad. Si quieres vivir, antes tendrás que morir, y por amor. Mientras, anda con quien crees que no te hace sentir pequeña a su lado, con quien crees que da luz a tus ojos de mirada triste, con quien no sabe que ya es primavera y las mariposas siempre vuelan libres, anda y ve con quien no te conoce, pero deja de emular epopeyas de poetas. (Bienvenida a este mundo. Ojalá y que fueras menos sumisa). Gracias.
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