"La Corona me instituye en custodio de los intereses de todos". (Juan Carlos de Borbón).
En un país gobernado por políticos que deshacen en vez de hacer. Que van a lo suyo y no a lo de todos. Que cuando salta la liebre su santo y seña es "eso aquí no pasa". Y si pasa pasó de soslayo. Un país gobernado por políticos que no aprendió de la presunta compra de voluntades, los presuntos por cientos y la presunta economía sumergida hasta que prescriben los hechos y dejan de ser presuntos para ser otra cosa porque siempre es primavera y las mariposas vuelan libres. Un país que vive una irrealidad que basa la solución a todos sus fracasos en el pragmatismo. Las cosas no ocurren por casualidad: si no hay Ley de Trasparencia, si no hay política fiscalizadora ni interés por el pueblo, si solo valen las palabras y con una palabra basta, aquello que de cerca vemos borroso o lo vemos a través de la indulgencia, es lo más extraño que ha sucedido nunca y volverá a ocurrir. La historia se repite como tragedia. "Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir". Gracias.
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