Cada noche hago una enmienda a la totalidad del confinamiento aprobado por el gobierno y salgo de casa a tirar la basura. Solo salgo de casa a tirar la basura. Y ayer salí como todos los días a tirar la basura y no estaba el contenedor de la basura y volví a casa con la basura. Qué raro. Sin embargo, mi esposa asegura que el contenedor de la basura está y la creo, pero no lo vi. Y no lo vi porque al pueblo de Patricia volvió la penumbra. Un gobierno que no sabe se ve sometido por el dinero. El ahorro o las ganancias si van en contra del bienestar o la integridad física de la gente -la farola sin luz sigue ahí mirándome con las peores intenciones-, no son ganancias sino pérdidas. Lo leí en la Biblia: "el perdón sin merecerlo para el pecador es pecado mayor". Un fin de vida pública se renueva en base a las necesidades de la ciudadanía, pero hoy todo vale, incluso la avaricia de proveedores de enseres para combatir el coronavirus... Hay que joderse. Ya vendrá Paco con la rebaja, decía mi güela. A más ignorancia más dolor de alma, lo sé por experiencia. Solo el saber sana el alma. Perdón, y la fe católica, según la religión católica. De cómo llegar al alivio en esta vida que vivimos no me pregunten que no sé y si no sé no sé. Pero todos y yo sabemos que hay días enteros... (Si mi mente absurda me aceptara como soy, trascendería al egocentrismo). Gracias.
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