domingo, 15 de noviembre de 2015

La salud importa más.

Hay que trabajar. Si castigo divino no sé. Hay que trabajar, y puede que sea una lotería trabajar en este país. El cuento que viene al caso es que los que trabajan no llegan a fin de mes y los que no trabajan tampoco. La pregunta entonces es si merece la pena trabajar si de cualquier manera no llegas a fin de mes. "O pago la luz o doy de comer a mis hijos". Saramago consideraba que debería haber palabras sin significado para que cada cual les diera sentido propio. Vale, y además darles en justicia su valor según estos tiempos de vivir sin sopesar las consecuencias. Trabajar hoy en día es morir. No menos de 12 horas hasta febrero. No. A Patricia mañana le digo que no venga que me duele la rodilla, que va a llover a chuzos y que me tienen que tomar la medida de la mortaja. Nos preparamos y vamos muriendo alejados de las personas que nos quieren. Es humano sentir que nos echen de menos antes de que sea tarde. Y que nos lo digan a la cara. Tal vez así tomemos en serio las consecuencias de las decisiones mal tomadas. En particular las que tienen que ver con la salud. Hasta febrero yo no aguanto. Y no soy el que trabaja. La salud importa más.

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