domingo, 18 de marzo de 2012

A propósito de "Hacer el bien a todas horas".

No creo que debamos intentar parecernos a los dioses para hacer el bien. Sin embargo, es propio del humano ser imitar a los mayores, sobre todo si son los peores. Los mayores no hacemos el bien con nuestros ejemplos. Porque es evidente que el bien existe, como el mismo verso existe. Lo que ocurre es que el mal nos atrae más que el bien y se ha hecho un producto en el mercado de lo cotidiano de primera necesidad. El mal que todo lo puede, que impide marcar el paso de los sentimientos iluminados por la vida. Hay que volver a la melodía del bien, a la palabra honrada, a la humilde, a la humana. A dejarnos sorprender por la metáfora del amor. Una amiga lo está pasando mal. Corren malos tiempos para vivir la vida con honradez. A una amiga la han "despedido" de su puesto de trabajo porque está enferma. La "machacaron" psicológicamente sus "jefes" hasta que no pudo más y ella misma se vio obligada a pedirles la cuenta... y a otra cosa mariposa. A la mayoría de los trabajadores los despiden, y los que no, piden la cuenta para no morir en el intento por sobrevivir. Hablo de unos jefes piratas. De empresarios que no lo son. De explotadores que luego de sacar la sangre con sudor y lágrimas al trabajador lo tiran como una colilla cuando la enfermedad llama a la puerta para quedarse por un tiempo. El asunto es que mi amiga enferma se siente obligada a pedir la alta médica a su oncólogo porque no aguanta más la presión... Sí, "oncólogo". Uno sabe lo que sabe, y de viejo nunca sabe lo suficiente, pero la vida no se construye con falsedades. Venimos de un verso con mala prosa y así no vamos a ninguna parte. Me gustaría decir largo para que no quedaran dudas: el asunto así lo merece, pero por respeto a mi amiga me quedo con otra cobardía más para creer. Hoy me dijo que había dado su palabra y que la iba a cumplir... Ay, mi amiga, qué sabrás tú de cumplir con la palabra dada. (Aún queda la esperanza que el oncólogo se de cuenta que mi amiga lleva enferma el alma, además).

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