viernes, 30 de marzo de 2012

Conductor imprudente

Me llamaron por teléfono para un asunto intrascendente, y de vuelta a casa en el coche, despistado cogí una curva a más velocidad de lo que debía. Me derrapó el coche e invadí la otra calzada. A Dios gracias no venía nadie enfrente. No soy experto conductor -lo fui-, pero ya los reflejos no son los que eran... Después de un trayecto menos sinuoso, paré el coche y no lloré porque no me quedan lágrimas. Eché en falta un Guardia Civil que me multara por conducir temerario, lo digo en serio. Hoy la carretera me puso en mi sitio... Un accidente te puede cambiar la vida.

En la concepción de la vida lo más sagrado es la propia vida y yo hoy tuve la sensación de haber profanado la vida de otras personas con las que me podía haber cruzado en la curva. Curva maldita. Conductor imprudente. No venderé el coche porque lo necesito, pero el número de teléfono ya lo he cambiado, no quiero saber nada de asuntos intrascendentes... y menos de alguien que no me aporte algo interesante aunque no me interese.

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