sábado, 23 de julio de 2011

Un amor inocente

A propósito, y esto es algo personal que me preocupa, ¿usted ha estado cerca de alcanzar sus propias expectativas en la vida? Evidentemente no me dirijo a usted político, me dirijo al resto. No creo que nadie o casi nadie haya llegado a alcanzar sus propias expectativas en la vida, ni de vida. Es igual: la vida sigue. Pero sigue herida, desesperanzada, viuda de utopías, en fin, la vida sigue en la piel de uno en los años altos de su vida caminando por sus propias cenizas. Mientras un poeta esparce su poesía en el devenir de los tiempos, un amor inocente no escucha las verdades que nacen de una metáfora. Rehén en una tormenta, maniatado por unas palabras vacías perfumadas de engaño, por un poema marchitado. Uno se confunde entre la duda y el temor. La voz del poeta se reconcilia con la melancolía con unos versos y un poco de ternura. Sin embargo, a los simples mortales solo se nos permite de soslayo contemplar ese murmullo recluido en la intimidad de nuestra desolación. El alba llega, la poesía agoniza, y un amor inocente solo piensa en la mirada de unos ojos tristes y una sonrisa complaciente. Unas palabras hilvanadas para creer terminan en la confusión. Un amor inocente no comprende y se rompe en el silencio porque no existe una poesía que lo alimente, porque ya no siente en el alma un enamorado verso. Y mientras, unas lágrimas resbalan por el surco de sus mejillas, y no porque la muerte abrace, sino por el dolor que siente ante la incapacidad de expresarse mudas sus palabras. Ante la negación por no ser capaz de imaginarme. Ni siquiera defender mi credibilidad.

1 comentario:

  1. Gracias kristel. No he podido esperar hasta llegar a casa a leerlo tranquilamente.Es genial y me gustaria leerlo otra vez más.

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