viernes, 15 de julio de 2011

Las apariencias

El humano ser tiene un serio problema, y es su obsesión por las apariencias. Sí, sí... oiga, y así nos van las cosas. Hasta el extremo que se ha llegado colapsar las SS y los psiquiatras están a punto de dar en loco... El asunto es bien serio, que los efectos negativos que producen, generan una crisis económica de ándale con mucho cuidado si le da por aparecer la Moody's y le echa mal de ojo. El aparentar es un problema de toda la vida. Y hablo de aparentar ante la colindancia cercana con los modelitos más exclusivos de la temporada, pero también de las relaciones humanas de empalago y estupideces... hagan memoria... y sonrían, por favor. Ay, todo, todo es aparentar. Por consiguiente, el hombre y la mujer de la post modernidad, no pueden ser felices porque son esclavos de las apariencias... Les apasiona lo de los bienes e inmuebles, bueno, inmuebles ya menos, porque para eso hoy en día se necesita dinero de ir al cine, al contado, quiero decir, y los bancos no fían ni se fían de las apariencias... Entonces, para aparentar, uno tiene que tirar de la creatividad. ¿Y cómo? Digo yo, y no lo sé de fijo, y si digo que no lo sé no lo sé, uno tiene que echarle imaginación y mucho morro al asunto... Que si yo te contara... O en plan peliculero: lo sé de fijo, pero si te lo cuento te tendría que matar. Y así rueda una rueda que no depende de lo que cada cual tiene. Ni de las viejas leyes del mercado, "tanto tienes tanto vales", sino de la especulación más vulgar. Por decir, y esto va en serio, digamos que hoy en día solo el amor impone sus reglas que no son apariencias... Y son el presagio de un amor, por eso, te envío mis besos que si los tengo en tus labios que son los míos nos pertenecen... amor. Con esto quiero decir, que el mundo no necesita vivir de las apariencias para ser importante, para amar y ser amado, que a fin de cuentas es lo que importa... Ah, y que nadie se equivoque ni se llame a engaño, que lo que no cura el amor, no hay psiquiatra o médico que lo cure.

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