lunes, 11 de julio de 2011

¡Qué ocurrencia!.

Perdóname Señor, Facundo Cabral.


Perdóname Señor
pero a veces me canso.
A veces me canso
de ser un ciudadano.

Me cansa la ciudad,
las oficinas,
me cansa la familia
y la economía.

Perdóname Señor
Estoy harto de este infierno
Este mercado mediocre
donde todos tienen precio

Perdóname Señor
pero yo me iré contigo,
por tus montañas,
tus mares y tus ríos.

Perdóname Señor
no quiero ser un ciudadano,
yo quiero ser un hombre, Señor,
como me has creado.

-Qué ocurrencia la de Facundo Cabral. Qué ocurrencia esa de dejarnos huérfanos y entregarnos para el eterno recuerdo todo lo que hizo, dijo y cantó. Qué ocurrencia la de Facundo Cabral, esa de dejarnos tristes de morir pensando si en verdad con su muerte corremos el grave riesgo de que el folklore y la balada hayan muerto con él. Qué triste ocurrencia la de asesinar a Facundo Cabral. ¿Un descuido macabro? ¿Un error? Perdona Señor al viejo trovador Facundo Cabral y acógelo en tu seno. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario