domingo, 3 de julio de 2011

Sensaciones

Me siento frente al teclado de mi viejo ordenador (que tantas veces me ordena), inmerso de nuevo en mi pequeño mundo y me atrevo porque sí a hacer una especie de inventario sobre algunas cosas de mi entorno que por decir apenas son sensaciones. Y escudriño las noticias que me llegan y una sí (apenas importa, mejor no digo) y otra no: dos soldados han muerto y tres han resultado heridos en Afganistán, y pienso que si es necesario que sigamos manteniendo nuestras tropas allí. No sé. Y mis dedos siguen recorriendo el teclado que oprimo inspirándome en la contemplación de mi propia realidad y tengo la sensación que me encuentro metido en un laberinto. Entonces, escribo de personas que creen que van a algún lugar por el solo hecho de caminar (caminante no hay camino, poeta), y tras completar inadvertidamente un amplio círculo terminan en el mismo lugar del que partieron (triste). Otra sensación que tengo es la de aquellos que divisan atónitos un oasis hacia el que corren desesperadamente, pero cuando creen haberlo alcanzado, el espejismo, que lo era, se desvanece dejando en su lugar algo más de agotamiento y algo menos de esperanza (pena). Tengo la sensación que en ocasiones intentamos modificar íntegramente la realidad de un solo toque mágico. Confieso que yo solo he podido componer variaciones sobre mi vida, sin embargo, tengo la sensación que el cambio que necesito es el de ser yo mismo.

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