domingo, 3 de julio de 2011

Carmen

Dicen que hay amores que luego de enamorar levantan el vuelo y se alejan, se pierden en el olvido causando destrozos en el alma de aquellos a quienes amaron. Son amores de urgencias, pasajeros. Amores de conveniencia. Amores confundidos por las incertidumbres de la vida y sus humanas necesidades. Son amores sin confirmar por la santa poesía. Hoy, recién estrenado el verano puede ser un buen día para tener la mejor excusa y expresar en voz alta y clara y con todo lujo de detalles, los buenos sentimientos que son desahogos de un corazón y su poema que no sabe a veces cómo explicarse. Hoy, puede ser un buen día para dar las gracias a una dama de la poesía, a Carmen, por decir. Porque simplemente es aparecer Carmen y la palabra coge el testigo para explicar en el vacío de un entorno que tantas veces diezma la voz en medio de una marabunta de sofismas con rituales de solo promesas por cumplir. Y lo explica, y se entiende meridiano, porque Carmen es amor y es poesía, no es un tango ni un bolero, ni un Dios mío Jesucristo apiádate de nosotros. Si alguien pierde la fe en el amor y la santa poesía, en un amanecer indeciso, en una ilusión o en el sueño más hermoso, en la utopía o la esperanza, en la mismísima naturaleza del ser, que no se alarme y corra raudo en su busca... Es todo, hoy, no se me ocurre más que decir...te, mi amor.

Y Joaquín Sabina canta: "Y morirme contigo si te matas/ y matarme contigo si te mueres/ porque el amor cuando no muere mata/ porque amores que matan nunca mueren".

No hay comentarios:

Publicar un comentario