"Yo soy así", dices. Ni tú misma sabes cómo eres. No soy ejemplo, pero sé quién soy. Lo sé gracias a ti. Conseguiste sacar lo peor de mis adentros. Lo peor de mí no es el odio a la razón que te sepultó en la ignorancia, lo peor de mí, nadie si no tú lo sabe. Despreciaste el amor, la santa poesía, la cultura. Pero qué poco te valoras. Sin embargo, si quisieras acabaríamos con los secretos de la María y nos acercaríamos a Dios y lograríamos una prueba irrefutable que nos ayudara en la fase de evolución espiritual a expandir la conciencia y comprensión del mundo que nos rodea. Consagrarías tu ciencia empresarial. El tema es delicado porque tiene muchos intereses y más impunidades. Enseñaste bien a los tuyos, no me canso, hiciste un buen trabajo con ellos, y ellos contigo, eso no se puede negar: te rechazaron de la peor manera posible. Joder, también con ellos conseguiste sacar lo peor de sus adentros, aunque hay quien considera que la capacidad para olvidar lo negativo se le considera salud mental. Vaya, la salud mental apareció en los tres días. Tienes un algo que provoca lo peor de la gente que se acerca a ti. (Si de cuando en vez pisaras una biblioteca, sabrías que la gente que ama la cultura no es mala, al contrario, y algo aprenderías). En fin, en tres días quise comprobar si de soslayo era capaz de vender su alma al diablo por ti. Si amar es perder el tiempo (el tiempo) si tú andas cerca. Y si seguías ahí repartiendo medias sonrisas. (Y tres y se acabó). Gracias.
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