"La mayoría de los hombres emplean la mitad de su vida en hacer miserable la otra". (Jean de la Bruyere). No seré yo quien niegue la mayor a la frase de Jean de la Bruyere, pero no hace falta ponerse en plan enemigo de uno mismo: sino toda, algo de razón tienen sus palabras. En medio de tanta tristeza y de tanto y de tanto dolor, llega la hora de la verdad, si llega, como el porvenir. Huele a primavera en Les Seniaes. Y termina la anunciada y masticada larga espera (el tiempo nunca se rinde), la que con tanto esmero poco a poco cicatriza las heridas y el pesar de corazón para volver al amor y la santa poesía. Todos vamos recorriendo la vida y recolectando logros y fracasos, alegrías y tristezas, pero en los grandes horrores siempre está presente la miseria de quien se deja llevar por el camino del odio, la desconfianza y la falta de experiencia. De ahí que sea frecuente el dicho: "Si pudiera vivir nuevamente mi vida, en la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad", que inspiró un poema de Borges. (O más para que el poema de Borges llevara tu nombre). En la escuela aprendemos de todo un poco y es estupendo, pero nadie nos enseña sobre las leyes no escritas de la vida, la condición humana y sus miserias. Gracias.
Es cierto, la vida tiene miserias que no queremos certificar, pero también, los años deberían de demostrarnos porqué arriesgarse, porqué amar, porqué soltarse, porqué odiar también sin que nos discute o nos juzguen por eso, porqué aprender a ser mejores es lo mejor,... Sin embargo, noto en las gentes y acaso en mí, que nos cuesta discernir y más nos cuesta la humanidad.
ResponderEliminarRox: Si supieran lo gratificante que es hacer el bien, y mejor amar, o callar o dejar de juzgar, odiar y en fin, viviríamos en otro mundo. Besos en casa. Te quiero.
ResponderEliminarSalud.