"Quien a hierro mata a hierro muere", hagan memoria, pero también puede morir en la fría sala de espera de un Hospital. La vida a veces toma derroteros que vaya usted a saber. Cada día entiendo menos. Me doy cuenta de que en mí está fluyendo un manantial de fortalezas inusitadas, como en los mejores años de mi vida. Y esto solo puede ser un milagro. Se lo dije a la dama que vela mis sueños: "si usted me da cita para dentro de dos años, más o menos, es tanto como obligarme a creer en Dios y no en la ciencia. Un creyente débil como yo, y a más viviendo los años altos, no debe ser desahuciado por la Sanidad Pública. No es un poema de Ángel González, sino la cruda realidad. En este país, la Sanidad Pública como la política es un cínico homenaje al poder de Dios crucificado. En la fría sala de espera de un Hospital hay más desahuciados por la ciencia que creyentes ha dado la vida de Dios y María. Así fue como yo vi a aquella gente, como sobrevivientes de puro dolor. Hay desengaños insoportables que el tiempo cura, pero otras penas... Joder, dona, como la floración del azahar en Les Seniaes cuando muere, como de tus ojos la mirada triste, ay, todo duele cuando estás sola. (El roto de mi esposa casi bien). Gracias.
Parece que describes el estado de la salud en mi país, ídem. Años de espera para que se puedan operar. Los tiempos actuales y sus políticas.
ResponderEliminarAbrazos
Las listas de espera son un dolor, y tiene difícil arreglo sin personal sanitario. Mientras, los políticos a ganar elecciones. Beso.
EliminarSalud.
Me alegro muchísimo! no hay un lugar tan deprimente como la sala de espera de un hospital, no te digo nada en la sala de oncología ( aunque espero y deseo que no hayáis tenido que ir allí ) Sin embargo, de ser así, que te den cita para dentro de dos añosa es.. la mejor noticia, intenta verlo así. No hay desahuciados por la ciencia, hay realidades inasumibles. A pesar de todo buen finde…quédate con la floración del azahar, un beso!
ResponderEliminarEs un hueso roto, María. Apenas nada, pero el gobierno de casa ahora depende de mí. Yo que tengo un papel que dice que no puede dar palo al agua. Una injusticia. Beso grande.
EliminarSalud
Hola tú
ResponderEliminarEn la mañana cuando leí tu texto me vino a la mente una fotografía que no tengo la mínima idea de como apareció en la galería del teléfono. Es una señora de pelo rubio sentada en un sillón con un brazo lastimado sostenido por un soporte. No la conozco. Cuando leí el comentario del hueso lastimado de tu esposa, recordé la foto.
Del como llegó a mi teléfono me trajo un recuerdo hace tiempo cuando por la mañana arreglándome para dejar a mi nieta a la escuela, sonó el celular. Era el mensaje de un hombre que me hablaba muy educado saludándome. Yo me asusté, nadie me llama por teléfono. Cuando vi quien era me sorprendí demasiado. Conocía a esa persona pero no físicamente. ¿Cómo llegó a mi celular? parece que él lo tenía muy claro, yo no. Ahí fue cuando dije que son cosas del diablo. Mi mente no lo puede entender.
Ni te imaginas quien era. Carlos, el hombre que te comenta aquí. ¡Carlos!
¿Cómo llegaste a mi celular? pregunté. Él me lo medio explicó, después nos despedimos y se fue como llegó. No volví a hablar con él. En el blog casi no nos frecuentamos aunque yo lo vea en tu blog comentando.
Que cosas ¿no?
Beso tú. buenas madrugadas.
Llevas días muy dicharachera y hoy además punzante y acertada. Así me gustas más. Escribe y no dejes títere con cabeza, aunque me duela. Gracias. Te quiero. Beso.
ResponderEliminarSalud.
Mis textos te duelen en ocasiones, no me gusta eso pero no puedo entenderlo porque nunca me lo dirás.
EliminarTe quiero también