lunes, 6 de noviembre de 2023

Historia de un resentimiento.

"Pero, si alguna vez logran ser fuertes, con la fortaleza advenediza que da el mando social, estalla tardíamente la venganza disfrazada de resignación. Por eso son tan temibles los hombres débiles (y resentidos) cuando el azar les coloca en el poder como tantas veces ocurre en las revoluciones. He aquí también la razón de que acudan a la confusión revolucionaria tantos resentidos y jueguen en su desarrollo importante papel". ("Tiberio: Historia de un resentimiento". VII, 20. Gregorio Marañón).

El resentimiento es un arma de las más eficaces de los dueños de los partidos políticos. Marañón lo diseccionó con Tiberio, porque detrás de la biografía de todo tirano siempre lo encontraremos. A los peores políticos esa desazón los carcome por dentro, cuál llama que arde, tanto quema la tranquilidad de quien la sufre, como le impulsa a cometer cualquier decisión de puro egoísmo para apaciguarla. El resentido nunca pasa página, ni se encara al agravio, sino que se vanagloria del propio poder una y más veces para volver a sentir el dolor y recordar el agravio, es un bucle sin fin que se alimenta de sí mismo. Y, como habitualmente terminan siendo sus propias decisiones, no consumir lo bueno y conformarse con una imitación barata de lo que llama bueno, culturalmente inaceptable y políticamente incorrecto. (Los tiranos pierden, siempre pierden). Gracias.

2 comentarios:

  1. Amén! pienso lo mismo. Él resentimiento junto con el egoísmo son el binomio perfecto para dar como resultado la infelicidad, en política... la mediocridad y el cortoplacismo...Un beso grande ! y feliz semana!

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  2. Gracias por pasarte, María. También para ti: beso grande y feliz semana.

    Salud.

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