Me cuentan que ahora tienes prisa (de tanto de ella, me olvidé de ti). No es tarde. ¿Cuánta verdad puede liberar la prisa si la tiene acorralada la arrogancia? Tienes prisa, de acuerdo, pero tu prisa es necia. Todos giramos en un mundo en rotación, un mundo que solo el amor controla. Y tú, compañero, de amor, amor paternal cuanto menos... no sé si me entiendes. Venimos de donde venimos y vamos a donde queremos, la decisión es nuestra. Como es la de viajar solos o acompañados. Y tú eres de viajar "mejor solo que mal acompañado". Craso error: ni buenos ni malos, todos somos caminantes. Tarde lo entendiste o lo entenderás, allá tú. Lo cierto, es que has perdido el tren hoy y mañana. No tienes conocimiento institucional y a tu prisa la acompaña la arrogancia, sin olvidar el peor consejo: "a coste cero". El pasado verano perdiste la ventaja del "ya"; al "ya" de este otoño solo le importa la salud. Al ser breve el comadreo con la innombrable llegué a pensar que las cosas cambiarían. Apócrifa o no, la cita de Marx, Groucho Marx, es acertada y digna: "Estos son mis principios, y si no les gustan, tengo otros". Viene la cita al caso porque no llego a comprender, por qué el pundonor no defiende una promesa: "Confía en mí". Gracias.
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