Recuerdo a Eugenio decir que no me fiara de quien aprende en base a la opinión ajena que lo identifica. Opinión cercana a personas supuestamente humanas. El humano ser hace tiempo que dejó de ser humano y pensar en base a sus caprichos. Las descalificaciones validadas por el odio son inseguridades y desconfianzas expertas en frustrar las mejores intenciones que son anhelos solidarios. Lo demás no es bueno. Y cuidado con quien no suma porque generalmente resta. Si se faltó a la verdad y no hubo maldad. Si la intención era otra y otros los intereses. Si el amor que fue sigue ahí, amor, perdóname y perdónate. No olvidemos quienes fuimos y centrémonos en lo que podemos ser y hacer. Voluntad que se deja llevar por la corriente que integra y no desintegra, o acabaremos preguntándonos porqué somos lo que somos y no lo que pudimos ser. Voluntad para insuflar la tan necesaria paz en el alma. Aprovechemos nuestras esencias y capacidades. (Me comentan que hay chica nueva en la oficina y solo sabe hacer las cosas que importan. Eugenio decía que era cuestión de querer). Gracias.
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