viernes, 28 de mayo de 2021

Saber poco.

Saber poco en los tiempos que vivimos es insano. Y no saber qué hacer. O no saber quién nos puede ayudar. ¿Recuerdan? La espiritual misericordia de enseñar al que no sabe. Y callar y asumir el dolor como condena con castigo y sin culpa. Y sí, cada cual tiene sus penas y las asume porque son suyas, pero no es nuevo que las penas con pan son menos penas y no alcanzan el grado de tristezas. La María sabe que todos tenemos necesidad de todos. El para qué, el por qué o el quién allá cada cual y sus pecados cautivos por redimir, sus cuentas por solventar o simplemente por saber. Hay que saber y no poco, además, saber es bueno, no estorba. A veces somos la salvación sin dejar de ser nosotros mismos y otras un estorbo. Lo de la salvación lo leí en la Biblia que tiene respuesta para todo, y el estorbo soy yo, según mi esposa. Mi esposa es mi luz y mi razón de ser, y quien saca mis trapos sucios a pasear en vez de lavarlos en casa: "Es un estorbo. Ni hace ni deja hacer". Mi esposa sabe que soy un hombre triste de morir, soy viejo y tengo achaques, pero estoy totalmente fuera de peligro. Gracias.

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