jueves, 20 de mayo de 2021

Nada es casual, todo es casual y previsto.

Me puse en pie, hablé y mis palabras no se oyeron. Lo que me llevó a pensar que nada es casual, todo es casual y previsto.

A pesar de saber que el desamor lo padecen los que pagan los platos rotos... Pero qué injusticia que paguen los platos rotos quienes nunca los tuvieron llenos. Hay amores a la deriva que difieren muy poco de una nevera vacía... O de un ERTE a las puertas de un ERE. El amor que fue la ley del embudo dio en loco y las dudas y el silencio alimenta de despojos su corazón.

No juzgo ni prejuzgo, y sin saber, hago mío el dolor. Y en ese punto aparece la pregunta: ¿Qué puedo hacer para que nadie sufra por sus renuncias? Y una pregunta lleva a otra: ¿Dónde está la mesa y dónde el puñetazo? Solo hay una respuesta. Y puesto que rechazamos trascender a la muerte en otro corazón al negarnos a leer la letra pequeña que un contrato de amor conlleva y hace referencia a la condición de solidaridad y confidencialidad... De algo nos tenemos que morir. "Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice, y todo y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos". (Mario Benedetti). Gracias.

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