miércoles, 1 de julio de 2020

No me quieras tanto.

Me viene a la cabeza un día de paseo con Ian por Les Seniaes y tropezar con Eugenio y decirme: "Si quieres mantener una amena conversación además de sincera, habla con un niño". Cierto, y me lo aplico: Mantener una amena conversación con Ian no se parece en nada a mantenerla con Patricia. Patricia es un dolor de muelas para la amena conversación. Si la dejo, y la dejo porque Patricia no tiene doblez, con una palabra y un autor edita un libro bueno fundamental para tener acceso a la sociedad de la información y el conocimiento. Patricia es la versión genuina de sí misma. Patricia es una enciclopedia, pero no le gusta la poesía. La metáfora es su peor enemiga. Y no hay manera que entre en razón. Como Patricia hay más que no saben que sin poesía no cambian las aptitudes y aparece el infortunio. "Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas". (Mario Benedetti). Rendirse es de valientes, de sabios la paciencia. Y sí, nunca es demasiado pronto para saber que la poesía es remedio de males... (Déjate de aparentar que la puerta está abierta al averno y lleva mi nombre). Gracias.

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