El amor no es lo único que sale a cuenta al humano ser cuando se comparte, también sale a cuenta un seguro de decesos. El asunto es complicado y no sé si sabré explicarme. El acaso es que Patricia me dijo que vendría el cartero con un paquete de China y le dio mi dirección y que abriera la puerta si el cartero llamaba dos veces. Sin preguntar porqué compra en China lo que tiene el bazar chino de la esquina, o en España lo que sea que compró: aquí hay de todo menos lo que no hay, como en China. ¡Hay que joderse!. El cartero no llamó dos veces, pero llamó un señor con una carpeta y cara de mucho saber. Y sin un afectuoso buen día me dijo que a cierta edad hay que esperar lo peor y que me salía a cuenta comprar un seguro de decesos. Yo no tengo un seguro de decesos (¡lagarto, lagarto!), tengo un seguro a todo riesgo del hogar para cuando vienen mis nietos a tropel. Al de la carpeta, por saber, le pregunté si tenía un seguro que evite salir de casa de alpargates blanques y orbayando, y no le pregunté, si tenía un seguro que impida a un asesino matar a una mujer en nombre del amor. Gracias.
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