No soy quién... Me gustaría ser conseguidor de sueños y lograr los más hermosos y entregárselos a quien los sueña... A mí la noche me desvela y no sueño, pero por un poeta sé que los sueños existen y que sin dejar de ser sueños, es una hazaña llevarlos a cabo con los pies en el suelo. Lo de los pies en el suelo viene al caso porque en el lavadero municipal oí hablar... Aclaro que ahora la faena del lavadero municipal la llevo yo, se la cambié a mi esposa por la de barrer la calle. De barrer la calle y la vecina chismosa estoy que me vomito. Los chismes del lavadero municipal son mejores que los sueños por lograr de los pueblos que se fían de la incompetencia de los políticos. Los pueblos para alcanzar sus sueños tienen que atravesar "un desierto grande e inspirador de temor, con serpientes venenosas y escorpiones y con suelo sediento que no tiene agua". (Deuteronomio 8:15). Sin inspiración, si la santa poesía no se explica un libro bíblico me socorre. Soñar sin tener los pies en el suelo es tan arriesgado como volar bajo. Quien sueña no debe levantar los pies del suelo ni hacer piruetas de vuelo raso. (Deja el lamento y sueña, sentirás alivio, dile a tus párpados que cubran tus ojos y sueña. Sueña solo tus sueños). Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario