El lunes mentí cuando dije que la noche me desvelaba y que no soñaba. Que la noche me desvela es verdad, pero sueño. Incluso sueño despierto. Soy un soñador empedernido que no siempre canta la verdad. Esclavo del bien y el mal, de todos mis desvelos, capaz de elegir una opción y decidir lo que me ofrecen, elijo lo que en derecho me pertenece y lucho por ello. Por las buenas lucho por un tiempo, y el tiempo dirá si acabo luchando por las malas. Es una opción luchar por los sueños, también por los derechos. Y a mí me encanta luchar por las causas perdidas que son susceptibles de conquista. Y marear la perdiz. Lo que no me encanta, y me niego a aceptar, es levantar los hombros como seña de conformismo porque así son las cosas y amén. Lo dijo por aquel entonces Jesús el Cristo por boca de Pablo (por este entonces sería sindicalista): "todo me es lícito pero no todo me conviene". A quien tiene la posibilidad de elegir y es lícito y le conviene. Entendiendo que la verdad nos hace libres y la mentira esclavos, elegir es querer y ya tarda. Resumiendo: visto el caso y sancionados todos los hechos me veo en la obligación de actuar con la palabra ajustada a derecho. Así que, como los peores cazadores, apuntaré a toda la manada de lobos hambrientos y alguno caerá. Los lobos no son una especie cinegética, pero el perjuicio que hacen a los ganaderos cuando su población se descontrola y los responsables de Medio Ambiente no saben ni aprenden. Eso. Gracias.
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