De un artículo de opinión de Rafael Álvarez, "El Brujo", copio y pego el título: "La cultura nos pone en contacto con nuestro potencial". Vaya que sí. La cultura. Y un libro. Como la familia, y los hijos primero. No es porque yo lo diga, que ya es decir, pero cada día que escribo me gusto más. Uno puede ser brujo, escritor, monseñor, político o, como yo, padre y loco de atar, pero todo a la vez no puede ser. La dama que no me deja ir coincide conmigo: cuanto más loco más felicidad. Ella se gana la vida conmigo y a mí me maravilla escribir de ella y otra y más. Me apasiona escribir el día que me gusta según amanece.
Todos necesitamos satisfacer nuestros propios intereses que, en mi caso, son intereses vitales. Y cada cual se busca la vida a "Mi manera", como la canción. Pues bien, de una vida de antes a otra reciente, encontré la cultura para llenar el vacío que tenía, y derrotar las sombras que no dejaban de acosarme. La cultura. Aprender de los libros y la santa poesía; de la amena tertulia; el café y las pastas de té con una amiga del alma que dejó de leerme; el amor de María, la Magdalena, que siempre me acompaña; eso que se me ocurre y lo que irá saliendo al alba; orgulloso de mí, pero más de mi esposa que intenta dejar de fumar, soy más feliz. La cultura. La familia, y los hijos primero. Todo lo que hago por amor me delata y me identifica como la rama del árbol caído se identifica con Dios. Y Dios con la humanidad, según me cuenta un amiga. Sean felices. Gracias.
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