Si algo se sabe de los políticos es que no aguantan la presión en los momentos difíciles. A pesar de saber que la presión es más soportable que las extravagancias en las redes sociales. Viene la tontería al caso porque Casado aparta a Alonso como candidato del PP y Cs en Euskadi y nombra a Iturgaiz aspirante a lehendakari que había abandonado la política enfadado como Ian cuando pierde y se enfada. A Casado le costó menos convencer a Iturgaiz enfadado que aceptara ser candidato a lehendakari que a mí convencer a Ian que me perdone, que lo siento y que no lo volveré a hacer. Aunque gane. Casado no es que sea creyente fervoroso de la demoscopia, es creyente de Aznar. Aznar, como González, tienen ganado un merecido descanso, pero ¿quien le quita un caramelo a un niño? A mí me gustan los dos, Aznar y González, y si pudiera, les uniría en santo matrimonio y gobernarían sus destinos y los de la España constitucional por siempre jamás. En mis tiempos la política se nutría de candidatos por estrenar, pero ahora se nutre de muertos. Como votante, igual me da que me da lo mismo, pero como ejemplo de Iturgaiz resucitado, siento una pena exorbitante por Alonso. A Casado le da por resucitar a los muertos y a VOX le viene como anillo al dedo. Dos semanas después de confirmar a Alonso y una semana de infarto Iturgaiz resucitado candidato a lehendakari. (A la espera de que Cayetana Álvarez de Toledo corrobore el acuerdo, Iturgaiz candidato). Gracias.
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