Es Navidad y llega una nostalgia que ha venido a recrudecer el día... Hablo de quien es parte fundamental de los ruidos del pueblo. (Qué puedo hacer para que no sufras...). El odio de uno rompe la esperanza de dos, lo que pudo ser y qué lástima que siga negando la verdad. En permanente estado de confusión se corre el riesgo de perder lo que nunca fue de uno... En un país pobre por definición, exhibir los bienes materiales es de nuevos ricos sin amores. Yo que fui su capitán y su grumete ahora, poblada de ausencias su vida... no le arriendo las ganancias. Se pudiera echar la culpa al miedo a ser despedido con el estatuto de los trabajadores de Rajoy en la mano, pero es Navidad y la tristeza es otra, y no es menor porque desacredita la cultura. La cultura. Hoy somos más pobres y más iletrados que nunca porque un libro no figura en el único lugar donde se puede vivir en paz con uno mismo. El Serrat aconseja dejar de joder con la pelota. (Qué poco aún tú has sufrido...). Sí, llega una nostalgia que recrudece el día y así es imposible creer en la salvación del alma... El descrédito de quienes no saben ni aprenden de sus horrores rompe el silencio. Donde ronda el cinismo no llega el amor y la santa poesía. (Todos tenemos la necesidad de algo en lo que creer, y yo creo en ti, y, para bien o para mal, nunca serás algo pendiente de olvidar). Gracias.
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