martes, 30 de octubre de 2018

No estoy orgulloso de conocerme.

Desde mi impagable soledad abro la ventana y aparecen miradas de soslayo clavadas en el suelo. Vaya, el repentino amor me obligará a abrir una cuenta en facebook para agradecer con un "me gusta" su interés por sacarme del olvido. Luego de un comportamiento estúpido tergiverso y adultero reacciones. Hay comportamientos desproporcionados que constituyen un insulto a la inteligencia. Y ya me explico: De un tiempo a estos días asisto a la misma farsa, y por si fuera poco castigo, con mayor frecuencia. Vale que tengo problemas con Hacienda, como todo el mundo. No, yo no tengo problemas con Hacienda, estoy de lo mío y los que estamos de lo mío no tenemos problemas con Hacienda, ni con otras administraciones porque no saben que existimos, lo dije para no sentirme un bicho raro. A esta altura de la tontería recuerdo al poeta que nos enseñó a hacer camino al andar y nos llamó caminantes, caminantes, no farsantes. Desde mi ventana puedo echar de menos a quien clava su mirada de soslayo en el suelo pero solo echo de menos los besos que nos dimos... Como el minero ante una turba de carbón reza a Dios porque una falla se desliza entre techo y muro, huelga decir que nos salvamos todos o no... Gracias.

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