sábado, 13 de octubre de 2018

Descansa en paz.

Ocurre a veces. Y ocurre cuando caemos en la monotonía y nos dejamos llevar por intereses que en modo alguno tienen que ver con los objetivos que nos teníamos marcados. Recuerdo el invigilando que llevó a Esperanza Aguirre a dimitir. Por activa y por pasiva afirman cuando se venden que no, ellos no: Política. Los políticos vienen a solucionar las verdaderas necesidades del pueblo. Y no digo que no, digo que tardan un verbo en delegar y confiar en quienes van a lo suyo que es lo más lucrativo para todos. Cuando una promesa ilusionada echa a andar y ocurre lo que está ocurriendo, sería mejor darla por perdida... Y buen provecho les haga. Por lo que callo, y ante la Virgen del Pilar digo (sí, ya estoy aquí), con un grito de dolor atrapado en mi garganta y el triste futuro que le auguro, como si me fuera el cargo en ello: Descansa en paz. Gracias.

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