jueves, 4 de octubre de 2018

En Benidorm.

Un titular feminista en prensa me arrancó una sonrisa. Trataba de reclamos publicitarios. Y ya me explico: De siempre, en los reclamos publicitarios solo aparecen mujeres jóvenes y guapísimas. Pues bien, con la llegada del feminismo a las calles, además de mujeres jóvenes y guapísimas, aparecen hombres jóvenes y guapísimos. ¿Y de los viejos y viejas qué? Intuyo una calma tensa en el ambiente que no sabría explicar, quizá porque no sé qué quiere decir calma tensa... Acerca de este tema de gran interés (allá cada cual si lo toma como advertencia o amenaza), aviso: cuando los viejos y viejas acabemos de manifestarnos por el tema de las pensiones y el IPC, que será nunca según la ministra Calviño, de soslayo escribirá el día a los viejos y viejas con una propuesta de invisibilidad... En los años altos nos es indiferente los reclamos publicitarios, lo que realmente queremos es un contrato de confidencialidad ratificado por las partes implicadas en los viajes organizados por el INSERSO. Y responderán ante los tribunales de justicia. (Los viejos y viejas que vivimos en un "¡ay, Dios mío!", si nuestros hijos nos vieran mover la cintura a ritmo de bachata nos echarían de casa... Por no hablar de los mojitos y etcétera (uno es un caballero). Y mientras, los tacatás y las muletas y las sillas de ruedas a la puerta de la discoteca). En Benidorm. Gracias.

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