Mi esposa, cuando se mira al espejo echa de menos una experiencia, un lugar maravilloso o un "culin de sidra" en la Pasera de Teodoro Cuesta. Lo que en realidad echa mi esposa de menos es su juventud y eso no tiene arreglo. Yo no, y callo, callo para que no sepa que tengo su misma edad y que nunca fui tan feliz como ahora y a su lado. Además, yo voy donde se me antoja con la imaginación. Y si otro día me apetece regresar... Claro, regresar a donde nunca se estuvo es mejor que volver al lugar que juntos un día echamos a andar esperanzas de futuro y para bien las alcanzamos... De sobra sabemos que solo la salud importa. Les Seniaes, el lugar donde escribo el día, el paraíso donde todo comenzó y sigue amaneciendo con una esperanza nueva o renovada, sin dejar de ser poco, importa menos. Lástima de esas esperanzas que tenemos que renovar o inventar porque un político o un empresario amigo de Rajoy sino es lo mismo las echa a perder. Pero se ha de saber que yo la esperanza nunca la pierdo y he decidido vivir un día más que mi esposa para regalárselo. (Aviso a plañideras: no es advertencia es amenaza).Tranquila mi vida, la María siempre me acompaña y nadie -nadie es nadie-, te hará daño. Gracias.
Interesante ...
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