miércoles, 18 de julio de 2018

Quien no se arriesga no cruza el río.

Siempre lo digo y lo sé por experiencia, los cambios en la vida son necesarios. Ahora sí, y también lo sé por experiencia, los cambios en la vida conllevan una transformación de raíz. Un cambio de vida no es tomar el mismo café en otra cafetería, si hablamos de lo que hablamos, de cambiar una vida por otra -entiéndaseme vida sana-, además hay que sincerarse con uno mismo, no conviene engañarnos porque saldríamos perdiendo y entonces estamos bien como estamos. Un cambio de vida requiere contrastar opiniones, meditar, pedir ayuda profesional o no sé. La mente siempre abierta. Nunca tener miedo a los cambios, se tendrá en cuenta lo que se tenga que tener considerando que la decisión, para bien o para mal, es nuestra, así como las consecuencias. Sea como fuere, Jesús el Cristo nos tiene reservado un propósito de enmienda y, en el peor de los casos, y eso no se puede poner en duda, hay que estar dispuestos a volver a la casilla de salida, como en la oca. No sean burros y déjense llevar por una segunda oportunidad, la vida a veces la propicia. Quien no se arriesga... Exacto. Gracias.

2 comentarios:

  1. Dimelo a mí. Una vez dejé atrás muchas cosas en busca de otras y pese a que no todo salió conforme a lo planeado, no sentí el fracaso, sentí un cúmulo de emociones nuevas por esa experiencia de hacerme a lo extraño, de configurar los rostros nuevos como amigables, de gustar del viento nuevo sobre el rostro, un viento que añoro ahora y además, qué importa el riesgo, pudiera ser que todo se acomode a nuestras expectativas o no, lo que el tiempo nos enseñará a la larga eso es lo maravilloso. Nuestra transformación, una mente más abierta con más oportunidades...

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