De cuando en vez me canso de uno y otro, también de personas. Supongo que nos pasa a todos. Lo que creo que nos pasa a muchos sino a todos... que nos quejamos de hacer siempre lo mismo. Hablo de la rutina. A mi la rutina me encanta, quizá por vivir los años altos... Viene la rutina al caso porque la semana que pasé en el hospital oí llamar a la rutina bendita rutina. Y qué razón tiene, pensé. La rutina no es sentirse manipulado ni maniatado: la rutina es práctica, la experiencia que nace de hacer siempre lo mismo de manera mejorada. En el hospital uno desea volver a la rutina en estado natural. Nada que altere nuestro ánimo aunque nos aburra. El que más o la que menos pasó una semana en el hospital... Una semana en el hospital te hace desear la rutina que deja de ser fastidiosa para ser bendita. No es sano evadirse de la rutina sin al menos descubrir que las mejores cosas y personas están situadas justo a nuestro entorno. Se trata de cambiar de actitud frente a los demás. Frente a uno mismo. Frente a un brazo y un abrazo. Frente a todo. Nada ni nadie nos derrotará si se lo impedimos. Gracias.
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