jueves, 11 de agosto de 2016

Huida súbita.

Me estoy planteando seriamente huir del pueblo de patricia mientras duren las fiestas. Al parecer será una semana. Una semana es demasiado para mí: temo no sobrevivir. Acamparía de buena gana en Les Seniaes pero hace mucho calor en agosto. Sería buena idea pasar de soslayo y no ver a nadie. O no, ya paso de soslayo y es a mí al que no ven: es el espantoso ruido y no las vecinas. 

Si los dueños de los partidos políticos siguen en el mismo plan y no se pusieran de acuerdo porque "no es no" para formar gobierno y fuéramos a otras elecciones les enviaré una carta escrita de puño y letra a todos los partidos y el que incorpore a su programa electoral mis peticiones de acabar con el ruido lo voto. Empezaremos por prohibir la fiesta del pueblo de Patricia. Y la banda de música. Y las motos. Y los coches. Y los silbatos. Y reunirse más de dos debajo de mi ventana. Y jugar a la pelota. Y ladrar los perros. Y roncar los vecinos. Y la venta ambulante: al melonero lo quiero bien lejos. Y etcétera. Y quien incumpla la normativa a la cárcel sin fianza. O al Senado para que aprendan a matar el tiempo sin pena ni gloria. ¿Alguien sabe qué hacen 266 Senadores y Senadoras por 6000 Euros al mes en el Senado?

No voy a negar que las fiestas patronales del pueblo de Patricia vienen de lejos, pero yo también vengo de lejos y ya no soy aquel: no me aguanto ni a mí mismo. Llamaré a Kristel, quizá tenga el jardín de sus sueños como la selva virgen cuando la selva era virgen y no una autopista de peaje. Con el perdón.

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