Si es cierto que “el hombre es lo que piensa” suspendo el examen. La realidad interpreta fidedignos los hechos y mi mente los manipula a través de un sistema sensorial desajustado en origen. Soy ente de razón irreal. No soy el hombre que quiero porque mi mente no atiende a razones. Quiero ser y querer. No veo tu mirada y no me conformo con querer sin esperanza. Mi mente no es útil. Necesito saber si un hombre puede ser diferente a lo que piensa. Y a lo que oye. Que no me susurre apasionados tangos tristones. ¿Por qué el encargado de los nuevos amaneceres no lo tacha de la lista? Quiero otro yo con un enfoque de vida sana. El demente que ordena mi cabeza me obliga a tomar decisiones basadas en pensamientos desquiciados. No quiero ser lo que otro piensa. No quiero vivir al margen de la realidad. Quiero ser libre y solo quererte. Por amor.
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